Por: Andrey
Areshev
Un referéndum que duró una semana y
que culminó el 1º de enero recién pasado, se ha convertido en el más grande
divorcio entre naciones africanas de la década. El conflicto se arrastró
durante mucho tiempo a lo largo de líneas étnicas y religiosas. Sudán está
dividido en dos partes distintas mediante, la hasta ahora, frontera virtual
entre el Norte dominado por los árabes y el Sur tribeño, donde gran parte de la
población africana fue inducida a convertirse al cristianismo por misioneros
occidentales –aunque tal vez sin una verdadera inmersión en la nueva fe. La
división que acusa un conjunto de rasgos étnicos, religiosos y geográficos, se
manifestó en varias fases de evolución del más grande país africano.
Durante la época colonialista, la
política de Gran Bretaña fue la de construir un Sudán del Sur aislado de sus
partes musulmanas del centro y del norte, de este modo, de hecho programó así
nuevas tensiones. La lucha por el futuro carácter de la
frontera entre el Sur y el Norte de Sudán –el Sur podía continuar su existencia
de un modo semi autónomo o avanzar hacia un status independiente—provocó
interminables crisis de gobierno. Un periodista árabe señaló que el sur de
Sudán era un cementerio para sus políticos y peor aún, costó cientos de miles
de vidas.
En la víspera del referéndum, Jartum
intentó –aun a costa de tolerar el crecimiento del separatismo en Kurdufán del
Sur, el Nilo Azul y Darfur—romper parcialmente el aislamiento internacional
demostrando buena disposición. Al mismo tiempo, Washington trató de
aprovecharse de la situación para sangrar a Jartum, considerado por EU como el
bastión del islamismo en África y el obstáculo principal en la vía de acceso
norteamericano al petróleo de la región. En Sudán, la exploración petrolera
está en manos de Francia y China y hasta hace poco Sudán mantenía el atípico
patrón de suministrar petróleo a China, la India y Malasia pero no a los EU ni
Japón. Washington considera la parte de África hacia el sur del Sahara, rica en
recursos naturales, como una región estratégica de enorme potencial económico.
El US África Command (Comando EU-África) o USAFRICOM (sigla en inglés) fue
establecido el año 2007 y funcionaba como un componente del US European Command
(EUCOM) pero en cosa de un año se hizo totalmente independiente.
¿Qué características tomará la
situación en Sudán luego del referéndum? Habría que tomar en cuenta que el sur
de Sudán carece de aquellos factores que normalmente propenden hacia una
identidad estadal, como por ejemplo, un idioma común a toda su población. El
sur es un conglomerado de unas 600 tribus marcadamente desunidas y pequeños
grupos que en su mayoría hablan sus propias lenguas. Durante el año 2009 se
informó de varios choques entre los Nuer y los Dinka, muy semejantes, por
motivos de ganado y pastizales. El grupo Nuer, que es menos numeroso, alega que
crónicamente está subrepresentado en el gobierno del sur predominantemente
Dinka. Sin lugar a dudas, las luchas internas se reactivarán en el futuro
cercano por la ayuda humanitaria y los ingresos energéticos. La coalición de
gobierno –el Movimiento Popular por la Liberación de Sudán—se desintegrará en
medio de las facciones étnicas Dinka, Nuer, Shilluk y otras. Considerando el
carácter militante de muchas de las tribus, Sudán del Sur, es más que probable,
se revierta a la confrontación armada.
Juba, el centro político del sur
culpará habitualmente al norte por la escalada pero el resultado neto en el
horizonte será un profundo conflicto entre las partes soberanas de lo que
alguna vez fue –por lo menos nominalmente—un solo país.
Los problemas que acarrearán
hostilidades ya están presentes, la propiedad de los impresionantes recursos
petroleros de Abyei es claramente la más importante manzana de la discordia.
Una región étnicamente entremezclada, donde el grupo africano Dinka mantiene
posiciones clave y los árabes musulmanes son una minoría, seguro que producirá
intensas rivalidades entre Washington, París y Beijing. Vale la pena notar que
las riquezas de la región no solo se limitan al petróleo, entre otras
atracciones se cuentan yacimientos de hierro, cobre, cromo, zinc, volframio,
plata, oro y hasta uranio.
Los centros políticos de Jartum y
Juba, los cuales parecieran condenados a un resurgimiento del radicalismo
musulmán a consecuencia del referéndum, no tendrán dificultad en hacerse de
aliados dispuestos a brindarles diferentes formas de asistencia, incluyendo
armamento. En general, hasta ahora queda claro qué actores participarían en los
lados respectivos. No sería extraño que Beijing (Pekín) trate de obtener una
posición segura en ambas partes, Jartum y Juba induciendo inevitablemente un
cisma en Sudán del Sur. Circula información en el sentido de que Juba ya lucha
por ingresar a la lista de Naciones Unidas de países más necesitados con
derecho a ayudas humanitarias sistemáticas, pero también se podría esperar que
Naciones Unidas refiera el problema a la Unión Africana contribuyendo en suma
al conflicto.
En cualquier caso, un nuevo epicentro de conflicto prolongado en África se está gestando y
solo los intereses de las compañías energéticas chinas y occidentales
podrían—por un breve período de tiempo—detener la marcha de Sudán hacia un caos
total como sucedió en Ruanda y Somalia. Compartiendo esta visión de
un futuro no muy distante,
el líder de Sudán del Sur Salva Kiir
Mayardit, enfáticamente opinó que el desmoronamiento de Sudán, anteriormente el
país más grande de África, en un comienzo conduciría solo hacia la
independencia de Sudán del Sur para luego derivar hacia la independencia de
Sudán Oriental, Darfur, etc.
En este contexto, la circunstancia
clave es que los recursos naturales del Sur de Sudán –aunque impresionantes—se
hallan en el interior al tiempo que las tuberías petroleras correspondientes se
extienden a través del Norte donde también están los puertos y otras
infraestructuras pertinentes. En consecuencia, tanto Sudán del Sur como Sudán
del Norte continuarán siendo económicamente interdependientes a pesar de la
independencia del primero. Por otra parte, entre uno y dos millones de sureños,
cuyos intereses obviamente no han gravitado en el resultado del referéndum,
actualmente residen en el Norte y están estrechamente integrados en su economía
y en su aparato administrativo.
Cierto número de analistas consideraba
la conservación de la unidad de Sudán equilibrándola con una más amplia
autonomía para la parte Sur. De hecho, este era el concepto subyacente en la
constitución de Sudán adoptada hace varios años, pero las tendencias
divisionistas que en gran medida son promovidas por factores externos –por
ejemplo, el presidente norteamericano B. Obama se refirió al voto por la
independencia nada menos que como histórico, según el New York
Times—prevalecieron.
Estrictamente hablando, Rusia no tiene
intereses propios en Sudán. Los gigantes energéticos rusos difícilmente
considerarían factible competir por los recursos energéticos de un país
africano o más bien de dos países africanos, puesto que tanto EU como China ya
están engarzados en una intensa rivalidad y con la India observando de cerca.
Sobrecargada de persistentes disputas con Occidente en torno a Georgia y
Transnistria, Moscú comprensiblemente prefirió demostrar cierta solidaridad con
Occidente al tratar con una región relativamente poco importante para Rusia, ya
que sobretodo el resultado del referéndum era cien por ciento predecible a la
luz de la radicada discordia Norte-Sur y la interferencia de la comunidad
internacional que evoca similitudes con el caso de Kosovo.
Estados Unidos ha estado durante dos
décadas implícita y explícitamente apoyando el separatismo en el sur de Sudán,
región estratégica desde el punto de vista de la producción y transporte de
petróleo en África. El referéndum que Jartum presionado consintió, calza
nítidamente en el marco más amplio de la política exterior norteamericana, un
apoyo de Moscú a la secesión de Sudán del Sur por vía de un referéndum poco
convincente podría aun resultar contraproducente. Un enfoque selectivo de los
precedentes, la aceptación internacional de jugadas en torno a metáforas
políticas y la preponderancia de la retórica pseudohumanitaria podrían algún
día envalentonar a las fuerzas que se aprovechan de las discordias
inter-étnicas, plantear a Rusia problemas adicionales en el Norte del Cáucaso.
-----------------------
Jueves, 03/02/2011
Fuente: http://www.aporrea.org
Actividades.
1-Realiza una lectura comprensiva del
texto, marca las palabras que no comprendes, luego busca su significado y
transcríbelos en tu carpeta.
2-Luego de realizar una lectura global
del texto, reúnete en grupo y respondan:
a-¿Cuáles son los conflictos que
llevaron a Sudán a dividirse?
b-Caractericen a las sociedades de los
nuevos estados.
c-En el texto encontrarás tres oraciones remarcadas, léelas con tu grupo
y explíquenlas.
d-Enumeren desafíos que tendrá que afrontar
Sudán del Sur.
e-De acuerdo al texto, potencias
mundiales tienen intereses creados en Sudán del Sur, mencionen estas potencias
y sus aspiraciones en la región.
f-¿Qué otros conflictos aparecen en la
región?
No hay comentarios:
Publicar un comentario