domingo, 9 de junio de 2019

LA SITUACIÓN DEL RECURSO ESTRATÉGICO AGUA EN EL CONTEXTO DEL DESARROLLO SOSTENIBLE


Es de conocimiento mundial la decadente situación ambiental en la que vivimos. Minuto a minuto cientos de miles de recursos naturales alrededor del mundo son utilizados, de buena o mala manera, por millones de personas y se han vuelto vitales para nuestro día a día. Entre ellos se encuentra el agua.
El agua, centro del desarrollo sostenible, nos resulta fundamental para el desarrollo socio-económico, ecosistemas saludables y la supervivencia humana. El agua es vital a la hora de reducir la carga mundial de enfermedades y para mejorar la salud, el bienestar y la productividad de las poblaciones así como para la producción y la preservación de una serie de beneficios y servicios de los que gozan las personas. El agua también está en el corazón de la adaptación al cambio climático, sirviendo de vínculo crucial entre el sistema climático, la sociedad humana  y el medio ambiente.[1]
Pero al ser el agua un recurso limitado e insustituible, clave para el bienestar  humano, su escasez, que afecta a más del 40 por ciento de la población mundial ,  es un tema que exige tratamiento urgente y  conjunto de todas las naciones del mundo. Pese a que 2.100 millones de personas  han conseguido acceso a mejores condiciones de agua y saneamiento desde 1990, la  decreciente disponibilidad de agua potable de calidad es un problema importante  que aqueja a todos los continentes.
La ONU ha declarado recientemente su preocupación por el uso que se le está dando al recurso, ya que en los últimos años, el consumo de agua per cápita ha aumentado debido al crecimiento de la población y mejora de los niveles de vida de la misma. Si hoy se suman las variaciones espaciales y temporales del agua disponible, se puede decir que la cantidad de agua existente para todos los usos está comenzando a escasear y ello nos lleva a una crisis del agua.
Además, los recursos de agua dulce se ven reducidos por la contaminación. Unos 2 millones de toneladas de desechos son arrojados diariamente en aguas receptoras, incluyendo residuos industriales y químicos, vertidos humanos y desechos agrícolas (fertilizantes, pesticidas y residuos de pesticidas). Aunque los datos confiables sobre la extensión y gravedad de la contaminación son incompletos, se estima que la producción global de aguas residuales es de aproximadamente 1.500km3. Como siempre, las poblaciones más pobres resultan las más afectadas, con un 50% de la población de los países en desarrollo expuesta a fuentes de agua contaminadas.
 Un problema de gran dimensión
El problema del agua es una cuestión que despierta gran preocupación  alrededor del mundo porque cada vez se vuelve más y más escaso.  Este recurso puede ser considerado renovable cuando se controla cuidadosamente su  uso, tratamiento, liberación, circulación. De lo contrario, es un recurso no renovable  en una localidad determinada. Esto se debe a que el ritmo de utilización supera al  del ciclo de renovación del recurso.

LA CRISIS DEL AGUA HOY
La protección del recurso agua se vio reflejada en los conocidos “Objetivos  de Desarrollo Sostenible (ODS)”, los cuales se basaron en los anteriores  compromisos que en el año 2000 adoptaron 191 jefes de Estado y de Gobierno en  la Cumbre del Milenio, para trabajar a favor de ocho objetivos, que contienen un  total de 17 metas.
El objetivo que más alusión hace a la problemática que estamos tratando es el número 6. El mismo se titula “Agua limpia y saneamiento” y establece que si queremos mitigar la escasez de agua, es fundamental proteger y recuperar los  ecosistemas relacionados con este recurso, como los bosques, montañas, humedales y ríos. A su vez, también se requiere más cooperación internacional para estimular la eficiencia hídrica y apoyar tecnologías de tratamiento en los países en desarrollo.
Las Naciones Unidas han mostrado un firme compromiso con la problemática. En Noviembre de 2002, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas adoptó su Observación General nº 15 sobre el derecho al agua, estableciendo que “El derecho humano al agua es el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico”. El acceso universal al saneamiento “no solo reviste una importancia fundamental para la dignidad humana y la vida privada, sino que constituye uno de los principales mecanismos para proteger la calidad” de los recursos hídricos.
Además, en abril de 2011, el Consejo de Derechos Humanos reconoce, mediante su Resolución 16/2, el acceso seguro al agua potable y al saneamiento como un derecho humano: un derecho a la vida y a la dignidad humana.
Cuando pensamos en medidas preventivas hacemos alusión a organismos internacionales como la ONU; Sin embargo, no debemos olvidar que tanto los gobiernos como la sociedad en su conjunto pueden contribuir a solucionar el problema. Si comenzamos concientizando y fomentando la educación, principalmente en países subdesarrollados y aquellos que se encuentran en situación crítica, atacamos la raíz de la crisis en la que estamos inmersos.
La escasez de agua puede ser el resultado de dos mecanismos: la escasez física (absoluta) de agua y la escasez económica de agua, donde la escasez física es el resultado de la insuficiencia de los recursos naturales de agua para abastecer la demanda de una región y la escasez económica es el resultado de una mala gestión de los recursos hídricos disponibles. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la escasez económica de agua suele ser la principal causa en la mayoría de los países que experimentan escasez de agua ya que la mayoría tienen suficiente agua dulce para satisfacer las necesidades básicas pero carecen de los medios para proporcionar en una forma accesible.





Algunas posibles soluciones:
-Hacer del agua un derecho humano, no sólo de palabra: Para que tenga un significado real, el derecho humano al agua se ha de corresponder con el derecho a un suministro de agua asequible, accesible y seguro.

Elaborar estrategias nacionales para el agua y el saneamiento: Todos los gobiernos deben preparar planes nacionales para acelerar el progreso en materia de agua y saneamiento, con metas ambiciosas respaldadas por medidas económicas y estrategias claras para superar las desigualdades.
Respaldar los planes nacionales con la cooperación internacional: Para la mayoría de los países menos desarrollados, la asistencia para el desarrollo es crítica. El progreso en agua y saneamiento requiere grandes inversiones iniciales, mientras que los beneficios se obtienen a largo plazo. Las restricciones de los ingresos nacionales limitan la capacidad de financiación de muchos de los países menos desarrollados, mientras que el potencial de recuperación de los costos está limitado por el alto nivel de pobreza. La mayoría de los países donantes reconocen la importancia del agua y saneamiento.
Preguntas disparadoras: ¿Tu país tiene grandes obras de infraestructura para la distribución y saneamiento del agua? ¿Tiene tu país reservas de agua dulce? En caso de tener, ¿cómo las protege? ¿Cómo se desechan los residuos en tu país? ¿Tienen los ciudadanos de tu país dificultades para acceder a agua potable?  ¿Ha tenido tu país conflictos con otros estados o empresas por el acceso al agua?

Fuente: Paper de la Organización de Argentina de Jóvenes  para las Naciones Unidas. Infografías de OMS



[1] http://www.un.org/spanish/waterforlifedecade/water_and_sustainable_development.shtml